13 años y se hizo la rata para jugar a los jueguitos en un cybercafé en Camboya. Su padre, furioso por la precoz adición de su retoño, no tuvo mejor idea que hacerlo escarmentar de una forma ridícula, cruel e inhumana: encadenarlo del cuello a un poste.
Se escucharon las sirenas de los móviles policiales acercándose al lugar, el mayor salió corriendo por temor a la ley. Lo que, inútilmente, trató de explicar el progenitor fue que se trataba de un castigo "ejemplar", sumado a una humillación pública para que el muchacho reflexione sobre lo que hizo. Lo cierto es que el hombre fue denunciado por abuso infantil y seguramente enfrentará en carne propia ahora un correctivo por su mala conducta y ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario